Cuando hablo con mis clientes sobre la seguridad de la puerta de acceso de su vivienda o negocio muchos desconocen la instalación que tienen o infravaloran la misma. Es por ello que hoy voy ha diferenciaros muy brevemente las puertas blindadas y las puertas acorazadas.
Las Puertas Blindadas
Las puertas blindadas son las que menos seguridad aportan. Se tratan de puertas cuyo cerco y hoja están realizados por madera maciza, aunque en algunos casos cuentan con refuerzos de hierro. Sus cilindros, cerraduras y refuerzos suelen ser poco resistentes. Apenas limitan el acceso frente a ladrones.
Las puertas Acorazadas
Las puertas acorazadas aportan mayor seguridad. Están diseñadas con placas interiores de acero y paneles exteriores de madera cuya función es únicamente estética. Su cerco igualmente dispone de placas de acero. Se construyen con materiales de mayor calidad y resistencia.
Ahora que sabemos la diferencias entre puertas blindadas y acorazadas vamos a dar una vuelta más de tuerca y olvidaremos lo hablado hasta ahora para adaptarnos a la normativa española UNE-85160 que las unificó, las renombró como “puertas de seguridad” y las diferencia por Clases (del 1 al 5) atendiendo a su grado de seguridad y resistencia frente ataques. Además están certificadas mediante ensayos y normativa.
Clase 1 y 2
Las clases 1 y 2 son las mayoría de las puertas blindadas, pues apenas ofrecen resistencia a los ataques exteriores siendo fácilmente violables mediante elementos básicos como ganzúas o palancas. No se consideran puertas de seguridad.
Clases 3, 4 y 5
A partir de la clase 3 ya se consideran puerta de seguridad y están preparadas para evitar el acceso no deseado. Cuanto mayor sea el grado más seguridad ofrecen, siendo incluso obligatorias por normativa la inhalación de puertas de seguridad de la clase 5 en determinados negocios como por ejemplo joyerías, galerías de arte, tiendas de antigüedades, gasolineras, oficinas de farmacia, lotería, apuestas y locales de juego,…

Entonces, ¿qué puerta debo poner?
Lógicamente, su resistencia es proporcional a un mejor diseño y materiales de mayor calidad, por lo que el precio se incrementa igualmente de forma proporcional.
Al no ser que seamos fans de la mayor seguridad y nuestro bolsillo nos permita, debemos analizar muchos otros factores que entran en juego para optar por cualquiera de las otras 4 clases inferiores que existen.
Es por ello que valoraremos nuestro entorno y jugaremos con los 5 elementos que ofrecen seguridad a la puerta: el cerco, la hoja, las bisagras, la cerradura y el bombillo y sus llaves con el objetivo de no sobre-dimensionar la seguridad y ajustarnos a nuestro presupuesto.
Así mismo nos interesa valorar si dispone de sistemas de defensa pasiva, como anti-palanca; o sistemas de defensa activa, que bloquean la apertura en caso de sufrir un ataque.